La magia de los espejos, la decoración que multiplica.

Los espejos son los grandes aliados cuando necesitas multiplicar un espacio. De hecho recurrimos a ellos no solo cuando queremos ver nuestra imagen reflejada en el baño o en el vestidor. Es un objeto de deseo cuando se trata de espejos antiguos, sin marco y con líneas sinuosas, o con sus geométricas y envejecidas maderas, a los que el tiempo ha dejado sin azogue y que unidos a otros muchos componen una exposición digna de admiración. Tienen la propiedad además de aportar esa magia de ampliar la luz desmembrando los colores que la componen como si de un pequeño arco iris se tratara cuando el sol se refleja sobre ellos. 

Para mi son esenciales aportando ese toque vintage que tanto me gusta y que siempre es el eje que mueve este blog, cuando se trata de piezas con una cierta vida a sus espaldas y que en mi casa no falta en ninguna de las habitaciones, ya que aporta profundidad y amplía el espacio ópticamente, algo que en una casa pequeña como la mía siempre es de agradecer.  

Ellos ya han sido protagonistas de uno de mis primeros post pero en su versión más elegante, lujosa y glamurosa: los espejos sol. Por eso hoy me quiero centrar en piezas mas sencillas pero quizás con mucha historia, y ubicados en espacios donde se hacen los protagonistas absolutos tanto usados en solitario como en compañía de otros muchos, de distintos tamaños y colores, con marcos o sin ellos, pero siempre con ese sabor a antiguo que nos retrotrae a épocas pasadas donde cubrían las paredes de mansiones magníficas. 

Espejo, espejito, espejito mágico ¿hay alguien más guapa que yo?  ;) 

Espejo en el salón de mi casa. 

IMÁGENES: De mis tableros favoritos de PINTEREST.